Preservación del suelo

En la agricultura sin químicos, se promueve la salud del suelo como prioridad principal. Se evita el uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos que pueden dañar la estructura del suelo y la vida microbiana beneficiosa que lo habita. En su lugar, se utilizan prácticas como la rotación de cultivos, el compostaje y el uso de abonos orgánicos para mejorar la estructura y la fertilidad del suelo.

Control de plagas y enfermedades

En lugar de depender de pesticidas sintéticos para controlar plagas y enfermedades, los agricultores orgánicos emplean métodos naturales como la introducción de insectos beneficiosos, el uso de plantas repelentes, la rotación de cultivos y la práctica de la agricultura biodinámica para mantener el equilibrio ecológico y controlar las poblaciones de plagas de manera más sostenible.

Fomento de la biodiversidad

La agricultura sin químicos promueve la biodiversidad tanto en el cultivo como en los espacios circundantes. Los agricultores orgánicos suelen plantar una variedad de cultivos y fomentar hábitats naturales para atraer insectos beneficiosos, aves y otros organismos que ayuden a controlar las plagas y a mejorar la salud del ecosistema agrícola.

Respeto por el medio ambiente

Al evitar el uso de productos químicos sintéticos, la agricultura sin químicos reduce la contaminación del suelo, el agua y el aire, así como el impacto negativo en la salud humana y la biodiversidad. Además, al promover prácticas sostenibles y la conservación de los recursos naturales, contribuye a la mitigación del cambio climático y a la protección de los ecosistemas.